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estoy aquí

Tiemblo

El viaje subiendo el montón fue duro para mi porque no tengo estomago muy fuerte y me puso enferma. Entonces, cuando teníamos que caminar en el bosque El Castañar, no me disfrutaba mucho. Lo que encontré chistosa era que el guarda forestal que nos enseñó sobre las castellanas fumara todo el tiempo. En los Estados Unidos, es regla que nos enseñaban desde ser niños no fumar en el bosque (para evitar fuegos que maten los árboles y animales, claro).
Después, bajamos a Tiemblo, un pueblo que me sorprendió porque parecía muy rica y yo estaba esperando un pueblo de campesinos, o por lo menos trabajadores de áreas rural. Pero vi piscinas y casas muy bonitas. No se si son de los dueños de la tierra mas cerca del montón. Pero de verdad, el pueblo era deprimiendo cuando estuvimos allí. Era como un “pueblo de fantasmas,” no había nadie en la calle y todo estaba cerrado. Quizás parecía así porque eran las horas de siesta, pero todavía nunca he visto un pueblo con un silencio tan fuerte.
Me gustaba la historia que nos contó Rut del santo de la iglesia. Era como un cuento de terror, que convenía el pueblo tan vacío de la vida. Me gustó también el cuento de las chicas buscando esposo en la iglesia. Tenían que dar tres vueltas en un pie y si se callaban, no iban a encontrar un esposo. Era que las que tenían más coordinación iban a casarse. Si yo fuera chica de esa época en este pueblo, me imagino que me pondría muy triste porque no tengo mucho control sobre el cuerpo. A veces tiene su propia mente.
Después visitamos la bodega Don Álvaro de Luna para ver el proceso de hacer el vino. Era interesante, pero olía mal. Estuve muy contenta dormir en el autobús después del día.

1 comentario

maureen -

A mí me gustó la foto en el árbol.